Ecuador, es la cuna de varios misterios que han generado una importante cantidad de leyendas que han trascendido en el tiempo contándose de generación en generación. Todas estas leyendas son ejemplo de la diversidad del país, y de la forma en la que se ha construido la cultura desde el inicio de los tiempos.

Así que si estás interesado en conocer mucho más a cerca de Ecuador, qué mejor forma de hacerlo que con una recopilación de 17 ejemplos de leyendas ecuatorianas cortas tal como las que te dejaremos a continuación.

Leyenda de la Cantuña

Para las personas que han visitado Quito, seguramente han escuchado hablar de Cantuña. Esta es probablemente una de las leyendas más populares, y lo curioso es que la versión que te cuenten dependerá de la persona y el lugar en el que lo haga, aunque en realidad todas van de lo mismo.

Varias interpretaciones aseguran que Cantuña es un mestizo. Este fue el resultado de un hombre español y una mujer indígena. Aunque también se dice que este es el hijo de Hualca, un ayudante bastante famoso de Ramiñahui.

Lo cierto es que la leyenda cuenta que el sacerdote de la ciudad estaba planeando construir una iglesia, que sería la Iglesia de San Francisco. El sacerdote le preguntó a Cantuña si este podía hacer la construcción y este dijo que sí, que lo haría sin problemas.

El sacerdote se quedó tranquilo y dejó en manos de Cantuña todo el trabajo. El problema es que este se dio cuenta e de que no tenía los recursos suficientes para hacer el trabajo. Así que comenzó a rezar a Dios para que le ayudara, pero no tuvo respuesta.

Al no tener una respuesta de Dios, decidió irse con el diablo. Este le respondió al instante y cuando escuchó su solicitud le dijo que le colaboraría con la construcción, pero Cantuña tenía que darle su alma en forma de pago.

Ante aquella solicitud, Cantuña aceptó, pero este era muy listo. Así que acordó con el diablo para que hubiese una cláusula que estipulara que si el trabajo no estaba completado al llegar las 6 de la mañana, todo se cancelaba. El diablo no tuvo problema y lo aceptó porque confiaba en sus habilidades.  

Así que el diablo mandó a todos sus secuaces a completar la construcción. Era tanto el apuro de aquellos que jamás se dieron cuenta de que Cantuña quitó un ladrillo cuando este estaba todavía fresco. Mientras, este se regocijaba observando cómo el diablo y sus seguidores estaban construyendo un templo para Dios.

Y tal como aseguraron a las 6 de la mañana parecía que la iglesia estaba completamente lista, así que el diablo fue a cobrar el alma de Cantuña. Sonaron las campanadas de las 6 de la mañana y cuando estaban a punto de llevarse el alma de aquel hombre, este pidió que se cercioraran de que la construcción estuviese completa.

Al hacer una pequeña exploración, se dieron cuenta de que faltaba un ladrillo, lo que significaba que se había incumplido el trato. Y de esta manera fue como Cantuña logró burlar al diablo para que este construyera un templo para Dios.

Leyenda de la Llorona

La leyenda de la Llorona es una de las más importantes de toda Latinoamérica, por ello es que se pueden escuchar diferentes versiones en cada país. Aunque en realidad siempre se trate del mismo espectro, que es el de una mujer alta y con ropas blancas y que grita “¡Donde están mis hijos!”

En Ecuador, la leyenda cuenta que hace mucho tiempo había una chica muy hermosa, su nombre era María. Era tal la belleza de María, que hizo que perdiera toda la sencillez convirtiéndose en arrogante y mala persona. Tanta era su soberbia que siempre despreciaba a todos los jóvenes pues consideraba que ninguno cumplía con sus exigencias.

Un día, llegó un hombre al lugar, este montaba a caballo, era muy guapo y tenía dinero. Este era el hombre perfecto para María, así que sabía que era ideal. Ese chico tocaba la guitarra, y tenía especial talento para el canto.

Al instante, uno se enamoró del otro, así que decidieron casarse. De aquella boda, nacieron dos hermosos hijos, y aquella parecía ser la historia de amor más hermosa de todas. Pero un día, el hombre volvió a su vida pasada, desapareció por mucho tiempo, y cuando volvía solo visitaba a sus hijos, ya que no le importaba mucho María.

La mujer comenzó a enfurecerse, porque su marido tenía más interés en los niños que en ella. Y desde ese momento se desarrolló una profunda ira y envidia contra los pequeños. Hasta que un día, María estaba paseando con los pequeños en la orilla de un río, y llegó su esposo en un auto. A su lado se encontraba una mujer, su nueva esposa.

El hombre saludó a los niños con mucho amor, pero a María no la determinó. Esto hizo que María se molestara como nunca con los niños, y los tiró al río en donde murieron. Al día siguiente, se corrió el rumor de que una bella mujer había muerto en el río, y esta era María.

Y desde ese día, aquella envidiosa mujer se convirtió en un alma en pena que está en la búsqueda de sus hijos.

Leyenda de la Dama Tapada

La dama tapada es una de las leyendas con mayor importancia en Guayaquil. La historia asegura que la leyenda data de finales del siglo XVII y se trata de una mujer que vaga con el rostro tapado con un velo negro que oculta terribles cosas.

Dice la historia que por las oscuras calles de Guayaquil se puede encontrar una mujer misteriosa que es conocida como la dama tapada. Esta se dedica a perseguir a los borrachos que están por las calles. Estos, al verla morían al instante aunque otros fallecían por el terrible olor que expedía.

El origen de esta leyenda es un tanto incierto. Algunos aseguran que se trata de una viuda, porque sus vestiduras son negras además de que lleva un velo en la cara. En todos los casos se encarga de asustar a sus víctimas y a algunas las dirige a lugares oscuros para mostrarles su rostro que es cadavérico y con ojos llenos de fuego.

Leyenda del gallo de la catedral

Si hay una leyenda que puede reflejar de manera magnífica la ciudad de Quito, probablemente sea la del gallo de la catedral. Esta historia ha pasado de generación en generación quedando en el imaginario de las personas.

Esta leyenda asegura que hace mucho tiempo en Quito vivía un señor conocido como Don Ramón Ayala. Este era un señor con mucho dinero y que gozaba del respeto de todos en el lugar. Don Ramón pasaba el tiempo cantando y divirtiéndose y se comentaba que estaba profundamente enamorado de Mariana, una joven que trabajaba en la taberna.

Como era costumbre, Don Ramón iba por las calles de la plaza estando completamente ebrio. Cada noche se paraba delante de gallo que estaba en la catedral y decía “¡Para mí no hay gallitos que valga, ni el gallo de la catedral!”.

Una noche, de manera sorpresiva el gallo se abalanzó sobre Don Ramón y le dijo fuerte y claro “Prométeme que jamás volverás a tomar alcohol”. El señor se asustó muchísimo, y aceptó lo que decía el ave. Y para cerrar el gallo dijo “¡No vuelvas a insultarme!”.

Al instante, el gallo retornó a su lugar y la leyenda asegura que el señor jamás volvió a tomar alcohol. Así, se convirtió en una de las personas más consideradas de la ciudad.

Leyenda del padre Almeida

El origen de esta leyenda es desconocido. Durante mucho tiempo se ha especulado sobre el lugar de dónde viene, pero no se ha conseguido determinar. Lo importante es que se tiene como protagonista al Padre Almeida y que es una especie de moraleja para reflexionar sobre la vida de excesos.

La leyenda narra que hace bastante tiempo había un padre que era muy famoso porque siempre tenía fiestas clandestinas. Este era el Padre Almeida, un sacerdote muy joven y que cada vez que tenía un tiempo libre se escapaba para ir de fiesta.

En una ocasión, cuando pretendía salir, escuchó que le decían “¿Hasta cuándo padre Almeida?” y creyó que aquella voz había sido parte de su imaginación, pero igual respondió “Hasta la vuelta, señor”.

Lo curioso es que el padre Almeida no se dio cuenta de que quien le había dicho aquellas palabras en realidad era la imagen de cristo, así que se marchó. Cuando el padre terminó con su fiesta, salió de la taberna y vio a unos hombres que llevaban un ataúd. Esto le llamó la atención y de repente el ataúd cayó al piso y cuando vio quien estaba dentro, era él mismo.

Aquella imagen le dio terrible miedo al padre, y se dice que desde ese momento el padre dejó la fiesta y comenzó a vivir una vida mucho más comedida siempre bajo el designio de Dios.

Leyenda del duende

La presencia de los duendes en la mitología ecuatoriana es muy relevante. Estas criaturas forman parte del imaginario de muchos lugares y asegura que hay una especie de ser que se puede encontrar en los bosques y en la jungla.

Se dice que los duendes siempre están reposando encima de rocas en los ríos. Estos duendes llevan vestiduras oscuras, como en negro o grises y lo más característico es que tienen un sombrero con ellos.

Y aunque la mayoría se puede encontrar en las piedras, también se asegura que están en cuevas, desfiladeros y lugares oscuros en todo Ecuador. Lo más interesante de estos seres es que se enamoran de las chicas jóvenes y las comienzan a perseguir.

Además, se dice que los duendes a veces hacen travesuras, así que es muy normal verlos tirando piedras, silbando, gritando y atacando a los enamorados de las chicas que a ellos les gustan.

Leyenda de la canoíta fantasmática

Tal como asegura la historia, la canoíta fantásmática tiene origen en la colonización. Los registros demuestran que la primera aparición fue en el siglo XIX y se trata de un espectro femenino que se encarga de castigar a las personas.

La leyenda cuenta que en los ríos de Guayaquil navegaba una mujer, que en realidad era un fantasma o un alma en pena. Cada noche, aquel espectro iba en una canoa y se dice que en vida la mujer se llamaba Isabel.

Dice la historia que Isabel tuvo una vida bastante difícil. En el momento en que dio a su bebé a luz lo hizo en una canoa, el problema es que este era un niño que estaba fuera del matrimonio. Y producto de un accidente, el pequeño quedó sin vida.

La muerte del bebé llenó de dolor a Isabel, así que para evitar que la gente lo supiera, escondió el cuerpo sin vida del niño en el mar. Luego Isabel vivió con mucha tristeza, hasta que el día de su muerte, Dios la sometió a un juicio y la condenó a que permaneciera penando por el mundo para buscar eternamente a su hijo.

Por ello es que se puede ver en una canoa con poca iluminación y diciendo “Aquí lo dejé, aquí lo maté, aquí lo he de hallar”.

Leyenda de Guayas y Quil

Muchas leyendas se encargan de explicar los orígenes de las cosas, y esto es lo que sucede con la leyenda de Guayas y Quil. Esta leyenda narra cuál origen del nombre de Guayaquil. Todo comienza en la conquista española. En ese momento, había un conquistador llamado Sebastián Benalcázar que quería asentarse en lo que hoy conocemos como Guayaquil.

En medio de la exploración se encontró con Guayas, un cacique, y con su esposa, Quil. Ambos no estaban dispuestos a dar su brazo a torcer, pero la fuerza española fue mayor y los esposos terminaron apresados.

Cuando esto sucedió, Guayas le ofreció al español sus riquezas si es que lo dejaba libre. Ante esto, los españoles aceptaron y fueron al Cerro de Santa Ana. Estando allí, Guayas pidió que le dieran un cuchillo para quitar la losa que ocultaba el tesoro.

En lugar de revelar un tesoro, lo que hizo fue atravesar el corazón de su esposa y el de él con el cuchillo. Esto formó dos tesoros, que fue el río que se formó con la sangre de Guayas y la de Quil. Por eso, tiempo después aquel conquistador al fundar la ciudad le puso Guayaquil en honor a la pareja.

Leyenda del monstruo de la laguna de Papallacta

La leyenda narra que hace muchos años había un monstruo que habitaba en el agua de la laguna de Papallacta. Y se dice que una pareja que estaba recién casada fue primera que tuvo la desdicha de mirarlos.

Aquella pareja al instante se asustó por lo que vieron, y comenzaron a advertir a todo el mundo. Los lugareños se espantaron, así que decidieron acudir a un chamán. Lo que le pedían es que se metiera en las aguas para saber qué había dentro.

El brujo accedió a la petición de los lugareños, y se metió en el agua. Su búsqueda tardó varios días, y consiguió derrotar al monstruo. Se trataba de una bestia con forma de serpiente de 7 cabezas. Pero el chamán solo pudo cortar 5 de las cabezas así que la leyenda cuenta que las otras dos cabezas se la serpiente siguen vivas y al acecho para atacar a quien se acerque.

Leyenda de la doncella de Pumapungo

Durante años, la tradición oral ha dotado al pueblo ecuatoriano de diferentes historias, y una de ellas es la de la leyenda de la doncella de Pumapungo.

Se dice que en Pumapungo hace bastante tiempo se encontraba Nina, que era una joven y hermosa doncella. Esta pertenecía a las vírgenes del Sol y gozaba de gran prestigio.

Las vírgenes del sol era un grupo de mujeres que habían recibido la misma educación. Esta se basaba en las artes que se utilizaban para entretener a los emperadores que lo solicitaban. Un día, Nina cayó locamente enamorada de un sacerdote y comenzó a tener encuentros clandestinos con él en los jardines.

La diversión para los enamorados duró poco, porque el emperador pronto se enteró y ordenó que mataran al sacerdote sin que Nina se enterara. Como esta no sabía nada, fue a esperar a su amado en el jardín y este jamás llegó. Así pasaron varios días, y como no llegaba Nina murió de dolor y pena, por ello es que aún se le escucha en un terrible llanto de tristeza.  

Leyenda del Fray Simplón

Esta leyenda se sitúa en Guayaquil, específicamente en el siglo XVI. En este lugar se construyó el templo de San Juan Francisco, que aún se puede visitar.

La historia cuenta que en este lugar se encontraba el Fray Simplón que tenía un palomar en el campanario.

El fray, durante todo el día se dedicaba a cuidar a sus palomas. Hasta que en el año 1726 hizo erupción el Cotapaxi que ocasionó un terremoto que destrozó parte del templo. Luego de esto, le dijeron al Fray que era indispensable arreglar el campanario, porque este podría caerse.

Para arreglarlo el fraile le solicitó ayuda a las personas de la ciudad, pero no obtuvo más que un par de monedas, que utilizó solo para comprar el alimento de las palomas. De repente, un día apareció un hombre que dijo que le ayudaría, porque era albañil y el fray aceptó.

El fray y aquel hombre estuvieron trabajando incansablemente para reparar el campanario, hasta que estuvo listo. Pero el corregidor no era muy amigo del fray, así que le pidió a sus hombre que destruyeran la torre que ya estaba reparada.

En el momento en el que estos iniciaron con la destrucción, de inmediato aparecieron las palomas que le impidieron que lo dañaran todo. Por ello es que la leyenda cuenta que aquellas palomas no eran simples aves, sino que se trataba de ángeles.

Leyenda del Jembue

Esta leyenda pertenece a los shuar, que es un pueblo que se encuentra en la selva del ecuador.

La historia narra que en ese momento nadie sabía qué era el fuego, así que no eran capaces de cocinar y sus hogares siempre estaban en penumbra.

Lo curioso es que había una pareja que en su casa si tenían fuego. Así que para evitar que cualquier persona lo apagara, uno de los dos siempre estaba en el hogar para resguardar el fuego. Un día, la mujer estaba recogiendo frutas, y vio un jembue que es conocido como un picaflor, así que lo tomó entre sus manos.

Al instante el ave le dijo que sus alas estaban mojadas y como tenía mucho frío, se le hacía imposible volar. Así que la mujer decidió que iba a ayudarlo, por lo que lo llevó a su casa y lo puso en frente del fuego para secarlo. En ese momento, el hombre llegó y se molestó porque la mujer había compartido la fogata con alguien más, así que el ave tuvo miedo y se fue volando.

Luego, el hombre y la mujer continuaban discutiendo, y no se dieron cuenta cuando el ave volvió a la casa, prendió su cola con el fuego y salió volando. Después se fue a las demás casas para enseñar el fuego que llevaba con él y todo lo que podía hacer. Así que desde ese momento, todos los miembros de la aldea aprendieron a cocinar y se mantuvieron iluminados y calientes.

Leyenda del ataúd deambulante

Muchas leyendas se cuentan con ciertos toques de terror porque sirven para espantar a las personas para que no hagan algunas cosas. Y este puede ser el caso de la leyenda del ataúd deambulante.

Esta historia cuenta que en el río Guayas durante las noches se puede ver un ataúd que tiene tapa entornada.

Lo que más asusta de esta aparición, es que el ataúd tiene una vela que lo ilumina, además en el interior no tiene uno, sino dos cuerpos. La leyenda segura que en ese ataúd se encuentra el cuerpo de una mujer que era la hija de un cacique que se casó con un español.

El padre de la chica, cuando se enteró de que esta se había casado con un español, la maldijo. Esta maldición hizo que la chica muriera cuando estaba pariendo al hijo que había concebido con el español.

Por ello es que quien se encuentra con el ataúd deambulante asegura que en él está el cuerpo de la mujer, junto al de su bebé.

Leyenda del tesoro de Llanganatis

Tal como muchas otras leyendas, tienen origen en la colonización y este es uno de esos casos. La leyenda trata sobre un aparente tesoro que se encuentra en la Cordillera Llanganatis y que ha sido un misterio durante muchos años.

La leyenda cuenta que específicamente en 1522 fue fundada San Miguel de Piura por Francisco Pizarro. Luego, la conquista continuó y se le dio captura a Antahualpa, un el Inca de Cajamarca. Estando apresado el Inca le dijo a los españoles que podría darle mucho oro a cambio de su libertad.

Francisco Pizarro, era un hombre codicioso, así que aceptó el trato que le había propuesto. Pero después condenaron al Inca a pena de muerte porque Francisco no le tenía confianza. Además, se dice que Rumiñahui llevaba con el más de 750 toneladas de oro que servirían para pagar el rescate de Anthualpa, pero cuando iba en camino, supo que lo habían ejecutado.

Ante aquella noticia Rumiñahui decidió esconder el tesoro en el lago de la Cordillera Llanganatis. Evidentemente, jamás reveló el lugar en donde estaba el oro y durante más de 500 años se ha estado buscando, sin éxito alguno. Algo interesante es que se comenta que este tesoro en realidad es una maldición, porque ha cobrado la vida de varios codiciosos.

Leyenda de la viuda del tamarindo

Este relato también tiene origen en la época de la colonia específicamente en las costas de Ecuador. Se ha dicho durante mucho tiempo que tiene origen en Manabí, pero los acontecimientos se desarrollan en Guayaquil.

La leyenda narra que una mujer estaba casada con un español, y ella un día lo mató. Este acto hizo que el alma de la mujer quedara maldita, así que fue condenada a que vagara en las adyacencias de un árbol de tamarindo que se ubicaba en la Quinta Pareja, una hacienda.

Allí, debería llorar para toda para siempre por su esposo que había asesinado. Con los años, esta leyenda se ha transformado, por lo que algunas personas cuentan que cerca de la Clínica de Guayaquil han visto a una mujer que va vestida de negro.

Los hombres, que usualmente están borrachos deciden seguir a la mujer y esta los lleva has un árbol de tamarindo. Allí, la mujer muestra su verdadero rostro, que es cadavérico y muy horroroso. Aquella imagen hacía que los hombres cayeran al suelo y murieran al instante.

Leyenda de Atahualpa

En la historia Inca, Atahualpa era uno de los emperadores más importantes, pero la llegada de los españoles fue el fin de su historia. Este era conocido por ser un líder bastante bélico y muy bueno en la batalla. Además, se comenta que heredó de su padre el arte de la guerra.

En su infancia, la leyenda cuenta que Atahualpa iba caminando por los bosques cazando. En medio del camino se encontró con un guacamayo, así que decidió que ese sería su trofeo por lo que hizo todo lo que estuvo a su alcance para matarlo.

Y como era muy bueno en la caza, consiguió matarlo. Este estaba muy orgulloso, porque los guacamayos no eran nada fáciles de encontrar por lo que estaba seguro que su padre lo felicitaría. Pero en lugar de encontrarse con su padre, tuvo un encuentro con su madre, la reina Pacha.

Su madre, al ver el guacamayo decidió darle una lección a su hijo y le dijo “Al enemigo solo se le puede atacar durante la guerra, pues tiene las armas suficientes para defenderse”. Luego le hizo a su hijo un tocado para que recordara siempre aquellas palabras.

Leyenda del cucurucho de San Agustín

La leyenda narra que en 1650 había una mujer llamada Magdalena que era realmente hermosa. Esta era hija de un español y una quiteña. Al crecer, aquella chica se enamoró de Pedro, que para su desgracia era el hijo del mayordomo de su papá.

Cuando los padres de la chica se enteraron de este amor, se negaron rotundamente y para arreglar el problema despidieron a Pedro y a su papá. Esto no logró que el amor entre los jóvenes se terminara, en cambio, estos estuvieron encontrándose a escondidas. Para ello, Pedro iba vestido de cucurucho e iba a la iglesia para que no hubiera sospecha de aquellos encuentros.

Al tiempo Pedro se fue a una expedición. El objetivo era ganar dinero para así obtener el respeto de los padres de Magdalena y poder quedarse con ella. Y así, fue, Pedro partió, pero cuando volvió los padres de la chica la habían comprometido a un joven que se llamaba Mateo de León.

El día de la boda, era costumbre que las novias dieran caridad a todos los mendigos que se lo pidieran. Esa noche, la chica recibió una carta de su amado en el que le solicitaba que se encontraran. Ante esta petición, Magdalena se negó sin recelo y le dijo que se iba a casar.

A Pedro esto no lo detuvo, y poco después a la puerta de la casa llegó un mendigo con capucha que pedía limosna. Y cuando la chica lo recibió, este le clavó un puñal hiriéndola gravemente.

Y la leyenda cuenta que al caer el cucurucho, se mostró la cara de Pedro que no había resistido la ira y decidió matar a su amada para que nadie la tuviera. Después la historia asegura que el pueblo se vengó del chico.

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La Ejemplopedia (20 de julio de 2024) 17 Ejemplos de Leyendas ecuatorianas cortas. Recuperado de: https://ejemplopedia.com/leyendas-ecuatorianas-cortas/.

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