
El folclore venezolano ha generado múltiples leyendas muy importantes que se han trasmitido a través de las generaciones hasta convertirse en mitos que en algunos casos están un tanto relacionados con la realidad.
Muchos de estas leyendas se acercan bastante al terror, y la mayoría intenta llevar un mensaje para evitar que las personas hagan determinadas cosas. Así que es prácticamente imposible dejar de lado el elemento aleccionador de estas leyendas.
Dicho esto, hemos recopilado para ti las 15 leyendas venezolanas cortas más impactantes de todos los tiempos.
Índice
- 1 Leyenda de la Sayona
- 2 Leyenda del Silbón
- 3 Leyenda de la Loca Luz Caraballo
- 4 Leyenda del hachador perdido
- 5 Leyenda del Carretón Fantasma
- 6 Leyenda de la Chinigua
- 7 Leyenda de Caribay y las cinco águilas blancas
- 8 Leyenda de María Lionza
- 9 Leyenda de la mujer mula
- 10 Leyenda del dueño del fuego
- 11 Leyenda de la llorona
- 12 Leyenda de Juan Machete
- 13 Leyenda de la novia de la Guaira
- 14 Leyenda del enano de la catedral
- 15 Leyenda de la mula maneada
Leyenda de la Sayona

Algo peculiar de esta leyenda, es su propio nombre. La Sayona es una de las figuras de terror más extendidas en el territorio nacional, y su nombre se debe a la ropa que lleva, que es una falda, o saya tradicional y muy larga.
Múltiples interpretaciones aseguran que el origen de esta leyenda tiene lugar en los llanos del país, específicamente en el siglo XIX. Además, lo que se diga de la Sayona, dependerá de la región, porque tiene diferentes versiones. Pero en todos los casos, intenta sembrar el miedo en los hombres que son infieles y también asustar a los niños.
La leyenda cuenta que hace muchísimo tiempo había una mujer que tenía por nombre Casilda. Esta tenía como esposo a un hombre que era muy infiel y la hacía sufrir demasiado. Y una noche, la mujer escuchó decir el nombre su propia madre mientras estaba dormido. Así que pensó que su marido, y la mamá de Casilda estaban teniendo un romance a escondidas.
Producto de la ira, Casilda decidió matar a su esposo, y luego fue en la búsqueda de su madre y la asesinó a sangre fría. Pero antes de que la madre muriera, esta le puso una maldición a Casilda convirtiéndola al instante en un alma en pena que se dedica a vagar por las calles en la búsqueda de los hombres que sean infieles.
Leyenda del Silbón

El origen de esta leyenda se ubica en el municipio Guanarito, una localidad del estado Portuguesa en Venezuela. Los historiadores aseguran que el origen de aquella leyenda se remonta al siglo XIX y tiene como temática principal un horrible parricidio. Creando así la figura de un hombre que va vagando por el país silbando y asustando a todo el que se le cruce.
La leyenda cuenta que hace muchos años existió un joven que era muy malcriado. Este era caprichoso, no respetaba a nadie y menos a sus padres. Un día, quiso comer asado, así que su papá tuvo que ir a la carnicería por la pieza para hacerle la comida al hijo.
El hijo se quedó esperando, y pasó el tiempo y el padre no regresaba. Hasta que pasó mucho más tiempo y finalmente el hombre llegó, pero sin la carne que el hijo había pedido. Aquello hizo que el muchacho se molestara bastante, así que en medio de la ira, le quitó la vida al padre.
Ese acto tan atroz a un padre, hizo que el muchacho se convirtiera en un alma en pena que deambula por las calles. Se dice que el Silbón lleva en sus hombros un saco en el que se encuentran los huesos de su padre.
Además, el silbido de este espectro es muy particular. Primero, siempre sigue la secuencia de do, re, mi, fa, sol, la, si. Y lo curioso es que si se escucha el silbido muy cerca, es porque el espectro está lejos, pero si se escucha lejos, es porque está cerca, así que lo mejor es correr.
Leyenda de la Loca Luz Caraballo
Es probable que la leyenda de la Loca Luz Caraballo sea una de las más populares en el país. Esta tiene origen en la región andina venezolana, sobre todo en el estado Mérida en donde se ha vuelto representativa aquella mujer. De hecho, es tan relevante, que hay un monumento dedicado a ella en uno de los municipios del estado.
Se dice que aquella mujer en realidad llevaba el nombre de María Blasa Rivas. Esta nació en los últimos años del siglo XIX y desapareció oficialmente en 1927. Desde ese momento jamás se le volvió a ver y se originaron diferentes mitos y leyendas.
Ahora, la leyenda cuenta que la Loca Luz Caraballo era una mujer que tenía 5 hijos. Se dice que era muy feliz y era una mujer como todas las demás. El problema es que todos sus hijos murieron, lo que ocasionó que la mujer se volviera completamente loca.
Algunas versiones de esta leyenda aseguran que dos de sus hijos fueron a luchar junto a Simón Bolívar, pero este es un dato que no se ha confirmado del todo, o que va cambiando de acuerdo con la versión que se cuente. Lo cierto es que la mujer enloqueció y un día desapareció y desde ese momento se dice que es un espíritu que vaga intentando encontrar a sus hijos.
Leyenda del hachador perdido

En Venezuela, el llano ha sido territorio fértil para una gran cantidad de leyendas y mitos, y una de las más conocidas es la del hachador perdido. Se dice que esta leyenda tiene orígenes a mediados del siglo XX y está bastante relacionado con la religión.
Algunos historiadores aseguran que el objetivo de esta leyenda es dar una lección y una especie de alerta a las personas que tengan pensado cortar leña en Semana Santa. Esto es porque en aquel territorio está prohibido cortar leña ya que se considera que este es el cuerpo de Dios.
La leyenda cuenta que había un hombre que era un leñador. Durante todo el año, su trabajo era cortar leña para diferentes fines. Pero un viernes santo, este decidió que debía cortar un poco de leña que utilizaría para su urna. Este leñador sabía muy bien que hacer esto era peligroso, pero no le importó y decidió hacerlo.
Por lo cual, el leñador fue al bosque, y cuando estaba a punto de cortar un tronco, antes de hacerlo Dios lo castigó. Aquella deidad hizo que el hombre estuviese condenado a vagar por los bosques de todo el país no solo en Semana Santa, sino durante todo el año.
Quienes aseguran haberse topado con el leñador perdido comentan que se puede identificar porque se escuchan algunos golpes que hacen que los arboles retumben. Por eso es que nadie va a cortar leña en Semana Santa y los niños no van al bosque solos.
Leyenda del Carretón Fantasma
La época colonial fue el momento en el que se desarrolló esta leyenda, específicamente en Puerto Cabello. Allí se creó esta historia que ha generado terror en los habitantes pues ayuda a advertir de sus males a las personas que viven en pecado, y así pueden rectificar y seguir una vida mucho menos alejada del bien.
La leyenda cuenta que en las calles de Puerto Cabello, durante las noches pasa un vehículo muy particular. Se trata de un carruaje o carretón de un tamaño gigantesco. Este siempre va tirado de grandes caballos de color negro y el carretón está lleno de llamas hasta la punta.
Algunas interpretaciones de esta leyenda aseguran que cuando aparece el carretón es porque una persona está por morir. El objetivo del carretón es llevarse el alma de la persona enferma o que está próxima a fallecer al infierno con él.
Otras versiones comentan que cuando aparece el carretón fantasma es porque alguna catástrofe se avecina. Aunque también se dice que es simplemente para asustar a las personas que están haciendo cosas malas o que están por las calles hasta muy tarde. En cualquier caso, si se escucha se tiene que rezar para alejarlo.
Leyenda de la Chinigua

Aunque la mayoría de las leyendas se generan en los llanos, este no es el único lugar, pues en Margarita encontramos a la Chinigua. Esta leyenda durante mucho tiempo ha sido un tanto controvertida pues se le compara bastante con la Llorona. Sea parecida o no, el asunto es que el espectro siempre espanta a los pescadores.
Esta leyenda tiene un origen un tanto desconocido. No se tiene un registro claro de la primera vez que se vio o del momento en que comenzó a popularizarse. Parece que se ha desarrollado de manera espontánea y como una forma de representar a las mujeres que renuncian a los roles impuestos, como los de esposas o madres.
La leyenda cuenta que La Chinigua es un alma en pena o espíritu errante. Lo particular es que este espectro está cumpliendo una condena por buscar muchos amores, pero sin haberse casado. Durante años se ha comentado que la Chinigua se dedica a espantar a los hombres que son pescadores y a los que trabajan en las tierras.
Su vestimenta es muy particular, pues lleva encima un manto o velo de color negro. Este manto se lo quita solo cuando está lo suficientemente cerca de su víctima, y cuando lo hace, revela su cuerpo que en realidad es un esqueleto.
Lo que hace La Chinigua es perseguir a los hombres, tal parece que como lo hacía cuando estaba viva. Además, está decidida a llevarse a todos los hombres consigo al infierno y para evitarlo, el hombre que se la cruce tendrá que rezar.
Leyenda de Caribay y las cinco águilas blancas
Hace mucho, pero mucho tiempo nació la primera mujer de la tribu de los murripuyes, Caribay. Aquella mujer es hija del Sol y de la Luna. Esta tenía una voz realmente hermosa, y se dice que la más bella de todo el mundo. Tanto, que quienes la escuchaban decían que parecía la de un ave.
Un día, Caribay estaba contemplando el cielo, y vio que volaban cinco águilas blancas muy grandes. Era tanta su belleza, que Caribay quedó completamente hipnotizada, así que decidió seguirlas. Persiguió a aquellas aves a las montañas y tan alto como pudo, pero llegó un punto en el que no consiguió avanzar más.
Aquello puso demasiado triste a Caribay, así que decidió cantar para llamar a su madre. Con esto consiguió que la luna alumbrara la tierra. Luego, el canto de Caribay era tan triste, que muchos animales se acercaron, y entre ellos estaban las cinco águilas que se posaron en diferentes riscos.
Al ver esto, Caribay decidió acercase a uno de los riscos y quiso tocar a una de las águilas. Pero cuando la tocó se dio cuenta de que el ave se había congelado. Esto le asustó mucho, así que corrió, y mientras lo hacía su madre se fue y la noche se volvió oscura, y al instante las águilas se descongelaron y despertaron.
Al despertar, las aves comenzaron a sacudir sus alas con mucha fuerza. Era tanta la fuerza, que comenzaron a llenar de blanco todos los riscos y crearon una brisa muy fría. A Caribay esto le pareció sorprendente, pero seguía refugiada. Luego, las aves se calmaron y cuando salió Caribay, se dio cuenta de que los riscos se habían convertido en picos cubiertos de un blanco hermoso.
Y así, cuenta la leyenda que los picos venezolanos se llenaron de nieve gracias a Caribay.
Leyenda de María Lionza
Hace muchísimo tiempo, cuando estaba en pleno apogeo la conquista española, la leyenda cuenta que un líder caquetío tuvo una hija. La pequeña era de piel blanca y con los ojos claros. Y en aquella tribu había una creencia que si nacía una niña que tuviese los ojos claros, esta debía ser dada en sacrificio al dios anaconda.
El chamán de la tribu estaba seguro de esto, y advirtió que si no era sacrificada, aquella mujer traería grandes desgracias para el pueblo. Ante esto, el padre no estuvo contento, así que se negó rotundamente y decidió encerrarla en una de sus chozas. Allí la protegió con 22 de sus guerreros para que la niña jamás saliera ni estuviese en peligro.
Así estuvo aquella niña encerrada por años hasta que se convirtió en una mujer. Y un día, cuando llegaba el medio día, los 22 guardias se habían dormido, así que la chica decidió ir al río. No fue hasta ese momento que la muchacha pudo ver su reflejo en el agua, pero al instante el dios Anaconda también lo vio, y era tan bella que se enamoró de ella y decidió comérsela para quedársela.
Ante esto, el padre y el pueblo enteraron y tomaron la decisión de castigar al espíritu, y al instante este comenzó a hacerse más grande, haciendo que el río se desbordara creando una inundación terrible que acabó con la tribu.
Pero luego de eso, el espíritu jamás dejó de crecer, por lo que en algún punto se reventó y esto hizo que Maria Lionza saliera. Lo curioso es que aquella joven no salió de la serpiente como una mortal, sino que se había convertido en una diosa que se encargaba de cuidar las aguas, la naturaleza y el amor.
Y así nació María Lionza o Yara, que es una diosa antigua que se encarga de brindarles protección a los indígenas.
Leyenda de la mujer mula
Es poco común que una leyenda en Venezuela tenga un escenario muy citadino o excesivamente contemporáneo, pero hay una leyenda en particular que cumple con estos dos elementos. Ya que la leyenda de la mujer mula se desarrolla en Caracas, y en el siglo XX de acuerdo con lo que los historiadores aseguran.
Cuenta la leyenda que había una mujer que trabajaba en un restaurante ubicado en la capital. Un día común y corriente, la madre de la chica fue al restaurante. Aquella mujer era una anciana muy pobre, y como tenía hambre fue a pedir algo de comida. Pero la hija en lugar de darle lo que pedía, se lo negó y la echó del lugar.
A aquella mujer ese acto le pareció terrible, y le dolió muchísimo. Cuando estuvo afuera, se encontró con un hombre que le dio una moneda que tenía una cruz de San Andrés. El hombre le dijo que fuera otra vez al restaurante y que podría pagar con esa moneda lo que quisiera comer. Además le dijo que una vez que su hija le intentara dar el cambio, le dijera que se lo quedara.
La anciana escuchó detenidamente lo que aquel hombre le decía, y lo hizo. Y al hacer que la hija se quedara con el cambio, la muchacha se transformó en una mula y dentro del restaurante comenzó a relinchar hasta huir del sitio.
Y se dice que desde ese momento, la mujer mula va por Venezuela con un manto blanco que la cubre y a veces aparece en las iglesias para rezar.
Leyenda del dueño del fuego
Cuenta la leyenda que cerca del río Orinoco vivía Babá, que era el rey absoluto de todos los caimanes de aquellas aguas. Babá, tenía como esposa a una rana y estos guardaban un importante secreto porque en el interior de su garganta tenían el fuego.
Aquello que guardaban era tan importante, que la pareja vivía en una cueva. Allí nadie podía entrar porque podían morir. Y un día, una perdiz entró a la cueva por un terrible error y se encontró con que había muchas orugas quemadas y decidió probarlas y le encantó cómo sabían.
Como lo que había probado era delicioso, salió de la cueva y fue a contarle todo al colibrí y luego al pájaro bobo. Estos tres decidieron crear un plan para determinar cómo es que aquella pareja podía quemar las orugas de esa forma.
Decidieron que el pájaro bobo entraría en la cueva para ocultarse porque era el que tenía las plumas más oscuras, y así nadie lo vería. Entonces, cuando el pájaro estaba escondido, vio como el caimán sacó de su boca unas grandes llamas y allí cocinaron las orugas.
Cuando la pareja se durmió, el pájaro salió, y le contó todo a sus amigos, y los tres decidieron robar el fuego. El plan era hacer reír al caimán en frente de todos los animales para que mostrara el fuego. Entonces el pájaro y la perdiz comenzaron a hacer piruetas, pero el rey baba no.
Luego de varias artimañas, el caimán comenzó a reírse y el colibrí salió volando y le robó el fuego con las alas. Ante esto, la pareja se fue a las aguas otra vez, y los demás animales no supieron cómo usar el fuego, pero como ya el fuego estaba en la tierra, los humanos si aprendieron a hacerlo. Y así fue como el fuego está en el mundo desde ese momento.
Leyenda de la llorona

La llorona es una de las leyendas que no solo están presentes en Venezuela, sino que se puede encontrar en otros países, como Colombia y también en México. Por asuntos culturales, cada país tiene variaciones sobre su origen y la manera en la que aparece. Y en el caso de Venezuela este espectro va gritando “Mi hijo, mi hijo” aunque también se le ha escuchado decir “Ay mis hijos”
Y la leyenda cuenta, al menos en Venezuela dos versiones. Una de ellas asegura que la llorona era una joven que estaba enamorada de un soldado. Un día, este soldado la abandonó mientras estaba esperando un hijo suyo.
La joven, tuvo el bebé, pero no sabía bien qué hacer porque era su primer hijo y el llanto la desesperaba muchísimo. Así que decidió matarlo con sus propias manos. Luego de esto, comenzó a gritar enloquecida lo que hizo que todo el mundo se alertara.
Cuando los familiares y vecinos de la mujer vieron qué había hecho, pusieron sobre ella una maldición. Esta salió corriendo y desde ese momento se convirtió en un espanto que se dedica a vagar por el mundo robando niños para que sean sus nuevos bebés. Y se dice que esto lo hace en Semana Santa.
También hay una versión que asegura que la llorona era una mujer que asesinaba a sus bebés cuando nacían. Un día, aquella mujer tomó la decisión de contárselo todo a un sacerdote y este le dijo que la siguiente vez que tuviera un hijo, antes de asesinarlo lo amamantara.
La mujer, cuando fue a parir a su hijo, hizo lo que el sacerdote le dijo, y desde ese momento se creó en ella un profundo dolor. Y luego de esto, comenzó a vagar por el llano en la búsqueda de los hijos que había asesinado.
Leyenda de Juan Machete
Esta leyenda trata sobre Juan Francisco Ortiz, un hombre que tenía el apodo de Juan Machete pues cada vez que salía, tenía en su corre un machete. Se dice que Juan Machete tenía una hacienda muy grande y que una noche, decidió hacer un pacto con el diablo para que este le entregara toda la riqueza que pudiera tener.
Luego de hacer el acuerdo con el diablo, los pastos de Juan Machete se volvieron más fértiles. Las vacas comenzaron a parir dos terneros a la vez y sus riquezas aumentaron considerablemente. Pero un día, apareció en la hacienda un ganado de color negro y macho. Este era muy grande y tenía cascos blancos, así que creyó que se había escapado.
Tiempo después, aquella riqueza comenzó a esfumarse. Ya no había tanto ganado, los animales desaparecían, y todo lo que había acumulado se acabó. Y se cuenta que Juan Machete también desapareció. Lo curioso es que se dice que los tesoros que acumulaba aquél hombre quedaron enterrados en diferentes partes de la sabana venezolana.
Y la leyenda asegura que si una persona se para desnuda en el sitio correcto, y se le aparece el espectro de Juan Machete, esta podrá negociar para obtener parte del tesoro. Pero nadie lo ha logrado, porque quienes lo intentaron han corrido como locos, porque se le aparece Juan Machete expidiendo fuego por la boca.
Leyenda de la novia de la Guaira

Esta leyenda es un tanto reciente, pues se ubica en los años 50, cuando en ese momento no se había construido la primera carretera que unía a Caracas con La Guaira.
Cuenta la leyenda que allí vivía una joven que tenía por nombre María José Cárdenas. Esta estaba perdidamente enamorada de quien era su novio. Este hombre un día le pidió matrimonio, y ella aceptó.
Cuando llegó el día de la boda, María se vistió de novia y una vez lista, fue a la iglesia. Para ello decidió tomar un taxi para que la llevara. En el camino, el taxi se daño y para llegar, María decidió pedir a los viajeros que la llevaran.
Después de esperar un poco, un viajero se detuvo y le dijo que la llevaría, el asunto es que este estaba borracho, lo que ocasionó que tuvieran un accidente. Esto hizo que ambos murieran de inmediato.
Desde ese momento, algunos conductores han comentado que por las noches se aparece una mujer pidiéndoles que la lleven a Caracas. Y si un conductor decide subirla al auto, cuando llega al lugar del accidente dice “Aquí morí yo” y desaparece en el acto. Algunos conductores que están borrachos terminan perdiendo el control por el susto y también mueren.
Leyenda del enano de la catedral
La época colonial ha sido uno de los momentos con mayor relevancia para la historia de Venezuela porque se han desarrollado algunas de las leyendas más interesantes. Tal es el caso del enano de la catedral que tiene lugar en Caracas y se dice que es una especie de enano, que luego se transforma en una terrible criatura.
La leyenda cuenta que hace bastante tiempo, había un hombre que siempre paseaba a la media noche por la catedral. Iba allí porque se encontraba con su amante, y como las calles estaban solas, nadie los veía.
Aquel hombre siempre iba a la catedral tomando y cantando un poco. Y una noche, tal como todas las demás, al llegar a la catedral se dio cuenta de que había un hombre pequeño que llevaba ropa típica colonial y su rostro era muy apacible.
Aunque los ancianos comentaban que jamás le dieran fuego al enano que está en la catedral, y el hombre lo sabía muy bien, esto no le importó y decidió darle fuego. Y al instante, el enano le mostró su verdadero rostro con una sonrisa muy diabólica y le preguntó que si quería ir con él a un sitio en el que había fuego verdadero, refiriéndose al infierno.
Aquello hizo que el hombre se asustara, y comenzó a correr mientras se persignaba. Y desde ese momento la leyenda cuenta que el hombre jamás volvió a beber, ni a salir de noche a encontrarse con sus amantes.
Leyenda de la mula maneada
El origen de esta leyenda se remonta al siglo XIX y se trata de la aparición de una entidad o espectro que tiene la forma de una mula. Lo interesante es que este animal espectral siempre emite un jadeo muy fuerte y tiene llamas en la boca.
La leyenda cuenta que luego de la Guerra de Independencia, se comenzó a volver popular un cuento de camino, este advertía que nadie se acercara al bosque porque allí había cosas extrañas. Se dice que allí podrían encontrarse con una mula que expedía llamas por la boca y que se encargaba de quemar todos los campos.
Pero antes de eso, se cuenta que vivió una mujer que se llamaba Ramona Esqueda. Esta mujer tenía una mula que había sido enseñada para dar patadas muy fuertes. Esta habilidad le permitía a la mujer castigar a todos los empleados que hacían mal su trabajo.
El asunto es que con el tiempo la mula se volvió mucho más agresiva, así que la dueña tomó la decisión de atarle las patas. Y cuando llegó la Guerra, el establo en donde estaba la burra fue quemado, y aunque muchos animales escaparon, la mula no pudo porque tenía las patas amarradas.
Y así quedo, la mula muerta por las llamas y se dice que desde ese momento está vagando por el mundo expidiendo llamaradas de fuego por la boca. Llamaradas que son iguales de grandes que las que acabaron con su vida gracias a su dueña.